EL PESO DEL PECADO
Un hombre afro-descendiente muy humilde iba cargando un bulto de papas sobre la espalda cuando fue interrogado por un incrédulo:
-¿Cómo sabe usted que es salvo?
El afro-descendiente siguió unos pasos más adelante y luego dejó caer el bulto. Entonces dijo:
-¿Cómo me doy cuenta de que se me cayó el bulto? No he mirado atrás.
- No – replicó el hombre -, pero lo puede saber porque ya no siente el peso.
-¡Exactamente! – contestó el afro-descendiente - . Por esta misma razón sé que soy salvo, pues he perdido la carga de pecado y tristeza y he hallado paz y satisfacción en mi Padre Amado (DIOS)
Un hombre afro-descendiente muy humilde iba cargando un bulto de papas sobre la espalda cuando fue interrogado por un incrédulo:
-¿Cómo sabe usted que es salvo?
El afro-descendiente siguió unos pasos más adelante y luego dejó caer el bulto. Entonces dijo:
-¿Cómo me doy cuenta de que se me cayó el bulto? No he mirado atrás.
- No – replicó el hombre -, pero lo puede saber porque ya no siente el peso.
-¡Exactamente! – contestó el afro-descendiente - . Por esta misma razón sé que soy salvo, pues he perdido la carga de pecado y tristeza y he hallado paz y satisfacción en mi Padre Amado (DIOS)